22 de marzo de 2009

Alguien me pide que publique esta carta

Y no me puedo negar...
Dice que él se reconocerá a sí mismo, en cuanto la lea.
Yo no entiendo nada...
Pero ahí va:

"Querido Pedro:

Saliendo, poquito a poco, de una profunda depresión que me ha tenido sumida en el silencio, y consciente de que a las necesidades hay que prestarles atención, satisfaciéndolas (si se pudieran todas...) a capricho del ánimo (recién coloreado por la primavera), permíteme (por favor) saludarte.
Decirte que estas en ese mágico espacio virtual que me dibuja una perenne sonrisa en la boca.
Que tus letras me ponen la piel de gallina, para recordarme que estoy viva.
Que tu constancia es modelo de ejemplo, que a veces sigo, y a veces no.
Y que igual que la jodida mala suerte llama a la puerta, la bendita casualidad también, dando paso al privilegio de conectar con personas que van a ser un referente, un pilar, un algo... que no se identifica con ningún sustantivo conocido. Tampoco importa... Quizá esté aún por escribirse esa palabra que no encuentro...

Pero todo se andará...

Ya, ya lo sé... no te gustan los piropos... ni las alabanzas... ¡eres tan absurdamente perfeccionista! ¡y exigente contigo mismo!
¡Te fastidias!
Porque ahora que te dije todo esto... me siento mucho mejor.

Te envío desde el sur, miles de besos."



3 comentarios:

ybris dijo...

Objetivo cumplido:
Tu lo escribes, él se identifica con lo escrito y acabas sintiéndote mejor.
Y es que es verdad que hay personas que dejan huella.

Besos

Pedro M. Martínez dijo...

Querida Carmen, te pido un favor, dile a quién te ha pedido que publiques esa carta que ánimo, que de la depresión se sale, que no es nada fácil, que quién no ha estado en ese pozo no lo sabe, pero sí, se sale, y poco a poco la vida es diferente, mejor, más llena de colores, más bonita, tiene más flores, tiene más motivos para vivirla.

Dile, por favor, que desde el norte alguien le abraza con todo su cariño, que le pasa la mano por el hombro y le cuenta historias de un Cádiz que conoce bien, que ama, que disfruta cuando puede.

Dile también, si le ves, que conozco a un Pedro al que le encantaría que alguien le escriba esa carta. Que por lo que sé no es ni perfeccionista ni exigente consigo mismo, antes bien ha aprendido a quererse y darse cuenta que la perfección está en la aceptación, que lo espontaneo es lo bello, que lo sincero es lo que llega y que el que da lo que tiene no está obligado a más.

Ese Pedro que conozco no aceptaría ni un piropo, pero sí se los diría y, seguro, seguro, que le daría un beso tan intenso, tan de dentro que le iba a quitar el sentido.

Ea, díselo,
Por favor.

cAlanís dijo...

eh carmen
dónde andas?
saludos desde méxico
abraxos todos!