4 de mayo de 2010




Entre roces hambrientos las pieles gastadas,
se sorprendieron atónitas,
a la luz de velas perfumadas.

Cuánto frío
Cuánto pesas, soledad.
Los inviernos son más largos
en plazas abiertas y pampas.

Turbados suspiros bailan sus llamas,
y recelos feroces dibujan paredes
de sombras mezcladas.

Cuánto frío
Cuánto pesas, soledad.
Las noches son oscuras
como acuarelas negras.

El alba se cuela por las rendijas
y el pudor por las ventanas.
Los cuerpos aún tibios
y las velas apagadas.

Cuánto frío
Cuánto pesas, soledad.
El tiempo es eterno
si no hay paz en el alma.

Qué razón darle a la duda.
Qué sentido aquel encuentro.
Cuánto frío.
Cuánto miedo.