22 de agosto de 2008

Instantes

El instante preciso
Que la noche roba el aroma
De la dama en blanco
Aferrada al patio encalado en plata.

El instante súbito
Que el verso vive sin ser escrito,
Para acoplarse en música
De palabras.

El instante incauto
Que la cresta trepa
Para caer ingenua
En estalladas blancas.

El instante trémulo
Del paso andado
que dibuja huellas
desfiguradas.

El instante fugaz
Que la risa escapa
Del llanto oculto
De las miradas.

El instante iluso
Que vence la sombra
de ramas
Que merced del viento
Al sol no embaucan.

El instante definitivo:
la noche muere siempre
A la luz del alba.

Instantes que suceden a instantes
Que la vida persigue
En su perenne afán.

2 comentarios:

ybris dijo...

Muy bello, Carmen. Precioso.
Cada instante tiene su matiz.
Por eso la vida, hecha de instantes, se pierde cuando no se sabe apreciarlos y perseguirlos.

Besos

maRia dijo...

Intensos instantes, sí señora.
Que sepamos absorberlos, uno a uno, hasta la intoxicación.
Me ha encantado, dama en blanco.

Kisiños para ti, hermosa.